miércoles, octubre 31, 2007

Superando la Teleadicción

SUPERANDO LA TELEADICCION
Ya llevaba algunas semanas llegando a mi casa a descansar y a ver televisión. Al principio me pareció una buena manera de relajarme, de dejar de pensar en las cosas del trabajo, pasar un buen rato y prepararme para el siguiente día.

Empecé a ver habitualmente con el programa de Anthony Burdain – Sin Reservas -, que me parece de lo mejor de la televisión. Se trata de un chef que viaja por el mundo descubriendo la comida realmente callejera, es decir, lo normal, lo cotidiano. Es como si llegara alguien a Medellín a comer a Doña Rosa o a los restaurantes del centro donde sirven fríjoles con carne, huevo, maduro y arroz por $2.500 pesos.

La cosa iba muy entretenida y seguí viendo más televisión por las noches. Para mi propia vergüenza me volví asiduo consumidor de la telenovela furor de RCN, Pura Sangre. Para mí, eso ya era tocar fondo.

Y digo tocar fondo porque al final de cuentas ese tipo de televisión no deja nada: nada para pensar, nada par discutir, nada de nada. Queda una igual a como si hubiera estando mirando para el techo sin pensar en nada. Es más, creo que mirando al techo por lo menos se ejercita la imaginación y se despierta a una que otra neurona que hace meses no se usaba. En fin, estaba decidido a mejorar esta situación.

Fuimos al centro comercial y entramos a la Librería Científica a ver qué novedades podríamos encontrar que nos llamaran la atención. Básicamente, yo tenía tres requisitos: a) que fuera un libro relativamente corto o que el libro consistiera de varios relatos que pudiera acabar en una o dos hora de lectura en la noche. b) que me ayudara a ejercitar la mente, que no fuera un culebrón que tomara dos meses en leer y dos años en comprender. c) que no excediera nuestro limitado presupuesto de $50.000 pesos por libro.

Lo primero que se me ocurrió fue revisar las novedades. Como realmente no estoy al tanto de lo que es bueno o de la moda en literatura, no tenía ninguna preferencia particular. Alguna vez me llamó la atención leer esos libros de El Rasguño, o los paramilitares o ese tipo de cosas. Pero no quería más de lo mismo, es decir, suficiente tengo todos los días con las noticias como para llegar en la noche a leer sobre cómo fue la masacre o que cómo compraron a tales políticos.
Seguí buscando por el lado de biografías, pero me parecieron demasiado largos y por ello contradecían mi primera y segunda condiciones. El libro debería ser digerible, lo tengo que leer en poco tiempo, de lo contrario quedará empolvándose en mi biblioteca.

Pasé junto a los libros de administración, pero he comprobado que es muy bueno tener una fundamentación teórica, pero del dicho al hecho, hay mucho trecho.

Ya llevábamos una media hora en la librería. Mi esposa había seleccionado un libro que prometía mucho, el libro de Anthony Bourdain - Secretos de Cocina. Como puedes ver, querido lector, somos un poco obsesivos con los temas nos interesan.

Pasando por lo libros de Administración, al frente, encontré los libros de Carl Sagan y Isaac Asimov. Siempre he sido medio nerd y como consecuencia me gusta la ciencia ficción.

Por pura casualidad, justo al lado de estos libros encontré uno sobre la teoría de la evolución y lo que llaman la filosofía de la biología. Me llamó poderosamente la atención porque hace muy poco estaba discutiendo con mi esposa sobre cómo diablos puede generarse un ala a través de mutaciones y como puede ser concebible que se llegue a una estructura tan compleja y funcional a través de pasos sucesivos y progresivos.

El libro es publicado por la Universidad Nacional y se trata de la teoría de la evolución desde las perspectivas filosófica y científica, pasando por pensadores como Lamark, Darwin, Mendel, Sober, Ayala, Neander, entre otros. El libro es un compendio de varios artículos que tocan los temas que precisamente me interesan. Y lo más importante: a) es relativamente corto y cada artículo lo puedo leer al llegar a mi casa y antes de dormir, b) es un tema totalmente diferente a lo que hago durante el día, todos los días y c) costó la muy módica suma de $33.000 pesos.

Finalmente, después de 45 minutos buscando algo que nos gustara, salimos contentos con tres libros (el tercero fue un regalo para una familiar). Sin embargo, creo que la más contenta fue la señora que nos atendió, no podía creer que no lleváramos 3 libros en una sola compra.