Durante este proceso de maduración me dirigí a lo que hoy denomino la fase de formalización, que tiene como objetivo generar modelos con un bajo nivel de ambigüedad, de manera que sean entendidos de la misma manera por diversas personas. En este momento es cuando empecé a descubrir que, como en cualquier lenguaje, en UML existen estilos. Pensé ¡imposible, cómo pueden existir estilos! Eso quiere decir que cada persona puede modelar los mismos conceptos de maneras diferentes, lo que va en contra de mi idea de uniformidad y no-ambigüedad.
Los estilos residen en que UML permite modelar el mismo concepto de diferentes maneras, por ejemplo, en un componente, una interfaz expuesta puede ser <
Como el anterior, existen otros ejemplos que poco a poco he ido descubriendo. Ahora que trato de especificar la arquitectura de sistemas complejos he tenido que acordar un estilo con mis colegas, de manera qué todos entendamos lo mismo y más importante aun, que todos utilicemos el mismo estilo para trabajar sobre la arquitectura (aquí seguiremos en el debate entre puertos e interfaces).